Ciudad de México (11 mayo 2009).- Lucir como personas de negocios, evitando los tatuajes y las groserías es una tendencia que, según expertos en el tema y policías consultados, han copiado los narcomenudistas de los capos de organizaciones criminales para operar sin ser detectados.
Martín Barrón, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE), señaló que los narcomenudistas han ido copiando la forma de operar y el estilo de los narcojuniors, es decir, con vestimenta a la moda y una actitud de bajo perfil para acercarse a círculos antes inaccesibles.
Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael "El Mayo" Zambada, uno de los líderes del Cártel de Sinaloa, representa un modelo a seguir para delincuentes menores porque no tiene apariencia de un criminal, señaló Barrón.
"Si vemos a los hijos de los narcos o los nuevos narcomenudistas vamos a ver buena ropa, instrucción, incluso cirugías estéticas, y esto es toda una reestructuración operativa; incluso está sucediendo un fenómeno donde jóvenes se meten a vender droga por el poder y no por necesidad", mencionó.
Para policías preventivos y judiciales que han realizado detenciones por narcomenudeo, su estilo depende de a qué mercado se acercan.
Para un comandante de la Policía Judicial, que en las presentaciones de la SSP-DF o de la PGJDF se vea a narcomenudistas con el perfil de un sujeto peligroso, sin educación, agresivo, implica muchas veces que esos detenidos son ficticios.
"Ven a uno borrachito o 'cholo' y les ponen algo, porque agentes de la AFI les pasan dinero a los de Seguridad Pública por llevarles detenidos por narcomenudeo.
"Es como los rateros, antes los veías mal encarados, mugrosos, y ahora se les ve hasta en buenos carros, pero siguen siendo rateros", dijo el agente judicial.
Por su parte, estimaciones del Consejo para la Ley y los Derechos Humanos A.C., a partir de un estudio, indican que los narcomenudistas han cambiado su mercado.
De acuerdo con sus estudios, jóvenes de clase media alta son los principales distribuidores de drogas de diseño en antros e incluso en escuelas y universidades con alumnado también de buen nivel socioeconómico.
Hasta el mes de marzo, la Procuraduría de Justicia capitalina PGJDF había iniciado 36 averiguaciones previas del fuero federal por delitos contra la salud.
Antonio Nieto
Reforma.com
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